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amor de verano

El día que el verano llegó para quedarse nos pilló con el bañador puesto. Y fue una suerte porque el calor golpeaba fuerte al borde del mar. La brisa traía olor a sal y a sardinas, y el sonido de la risa de los niños montando en bicicleta por el pinar.
Tú no lo sabes, pero ese día yo me enamoré.


De los chiringuitos; como Tangana, en Valdevaqueros –Tarifa – . El año pasado ya os hablé del destino perfecto de sol, playa y mojitos al atardecer que es, pero olvidé los batidos y las hamburguesas de este oasis azul tropical a pie de playa.
fotos vía Instagram (@aliescapology). "El tumbao" Tarifa 2013
De las bicicletas, que no son solo para el verano. No, que va, pero en verano se disfrutan más.

vía
De no hacer nada. Y ver pasar el tiempo, y los pájaros, y las moscas. Y las páginas de un libro tras otro entre tus dedos. Y un avión que cruza el cielo. 

Croce del Sud Hotel, Mogadiscio, Ethiopia, 1984, Raymond Depardon. Vía
De las velas y las bombillas en terrazas y jardines por la noche, de las sombras que proyectan .en la pared, de los cines al aire libre y las películas proyectadas, un año más, sobre las pistas de tenis cada viernes. En Madrid también este verano, en El Cuartel by City Lights (C/ Conde Duque), o en Fescinal (Parque de la Bombilla)

El Cuartel by City Lights. Vía

De los dedos al aire. Y caminar descalza por la hierba húmeda. Puede que los pies sean una cosa fea, pero tienen su gracia, aún más con las uñas de colores y el empeine moreno. De la ropa blanca y vaporosa y los bikinis estampados. Colorterapia.

Vogue Italia Abril 2007. Vía

Del agua del mar, de los ríos y lagos, de nuestra piscina, de los aspersores del parque. El calor tiene sentido entonces.

 
foto de Alicia Villar
¿Qué te enamora del verano?

naranja

Decidme si un color os evoca recuerdos. Como los olores que no sabes a qué ni por qué pero te llevan hasta tu infancia, al patio del colegio, a la cocina de tu abuela impresa en ti. Como una palabra que siempre dice un amigo y cuando la pronuncias hace que él venga a tu mente, o una ciudad en la que estuviste con él y aunque la visites mil veces, nunca será la misma. Y resulta que ni ese color, olor, ni la palabra ni ese destino significan nada para otro. Solo para ti.

Así es, igual que para Kundera en La insoportable levedad del ser, una misma palabra tiene diferente significado para dos personas: mujer, traición, música, luz y oscuridad,cementerio. Es su pequeño diccionario de palabras incomprensibles. Yo soy yo y mis circunstancias, y lo que para mi es lo mejor, como un helado que se deshace en la boca o el primer chapuzón del año en el mar, para otro puede ser una agonía o no significar nada.
Nosotros ponemos el filtro, que puede ser naranja.


vía
Como en un capítulo (2x06) de Orange is the new black -la última serie que estoy devorando capítulo tras capítulo y me tiene enganchada como droga de contrabando- donde cada reclusa da su definición del amor. Todas diferentes, según sus vivencias, aún en similares circunstancias.



Precisamente, ella no soportaba el color naranja. Lo aborrecía incluso y tenía sus manías, como tomar zumo de pera o de piña, nunca de naranja o zanahoria. En su zapatero era el único tono que faltaba entre bailarinas y stilettos, y sabe Dios qué ocurriría si la contrataran en una empresa con ese color corporativo. Casi era como Voldemort, no se podía pronunciar: "es que es de ese color...ya sabes..." susurraba.
Cada vez que encontraba algo naranja a su paso lo tomaba como una señal del destino: ese color no era para ella así que ese trabajo tampoco, ni ese autobús. A veces pasaba por el aro pero siempre con resignación.

Por eso me sorprendió cuando una madrugada me escribió "Vuelvo ahora a casa, he estado toda la noche con él. Y el amanecer es naranja y lo veo precioso".
Naranja ya no era ese naranja para ella. Ni lo será nunca más. Ni siquiera Hermès había conseguido lo que él hizo esa noche, que su color cambiara.

fotografía de Elliot Erwitt, 1955. vía
Al día siguiente yo volvía a casa en mi propia madrugada. Había sido una noche redonda, sin cabos sueltos. En el cielo no había color, era luminoso y no supe que pensar. 
"Mi amanecer es blanco, neutro" le escribí. "Yo qué sé, se estará reservando para que lo pinte como yo quiera".
Y es que, volviendo a Kundera, "el amor nace de una metáfora"

"love is the last unicorn" dice Passenger

energía

Todos tenemos una energía. Negativa, positiva. Todos la transmitimos.
En algún sitio leí que los árboles emanan energía positiva y por eso es bueno abrazarlos, mejor que a algunas personas que te la quitan y te dejan como si acabaras de pasar una gripe, convaleciente.


Ryan&Michelle. Vía
Siempre he creído que tú eras especial, que tenías una energía diferente. Estando contigo el tiempo no pasa y me lees con solo mirarme, y te conozco en cada una de tus palabras.
Como dos ph compatibles, como el queso con la mermelada, que combina y ya está. Tú energía diferente a la mía pero tan amoldadas. Tan ellas, y solo ellas se entienden. No hay más.

Tú mismo huyes de las malas vibras. Sólo admites las buenas o las neutras, y me encontraste a mi. Neutras como las de aquella niñata que nada te aportaba y tumbado en la playa a su lado te hacía sentirte en una agradable soledad. Positivas como las de ese colega que apareció de repente en uno de sus viajes y nos dejó el alma, y el hígado, patas arriba.

Y he descubierto después de tanto tiempo que esas ganas por verte son para tranquilizar mi alma agotada, la energía perdida tras un día contigo. He descubierto que los recuerdos son nuestro presente. Que tú vas y yo me voy. Que si quiero ir coges carretera y a cualquier rubia con su energía sorpresa por el camino. Que necesito tiempo sin ti y que sin ti no puedo. Ni contigo ni sin ti. Que contigo me ahogo y me salvo.

Que debe ser amor, o puede que no sea nada. "el amor es la enfermedad y la cura".

Maldita sea la energía que nos envuelve cuando estamos juntos y el hueco cuando te vas.
Que puede que no sea nada. Eres un parásito que me deja vacía de buena vibraciones y cuando estoy llena te las vuelvo a regalar. "el amor es dar sin recibir nada a cambio".

Puede ser amor pero no lo es. Es una canción sostenida en su nota más alta cada vez que nos vemos. Nos sabemos la letra pero no queremos cantarla, sólo el estribillo, una y otra vez.Y entramos en bucle.

Y no me quiero mover de aqui. There´s no place I rather be. 

En bucle.


Te has enamorado.

Mierda, te ha vuelto a ocurrir. Sin quererlo, sin pensarlo, en un momento inoportuno.
Y  no lo quieres reconocer, pero lo sabes.

Lo sabes porque eres feliz con sólo tenerle cerca

fotograma de "Al final de la escapada"


Lo sabes porque siempre hay un lado bueno.

fotograma de "Loves of a Blonde", 1965.


Porque prometes cosas y cumples promesas que nunca antes fueron necesarias.

fotograma de Breakfast at Tiffany´s, 1961


Lo sabes porque sientes que no hay barreras, y si las hay no son obstáculo para ti

fotograma de The Big Sleep, 1946


Porque todo es nuevo y sientes que tienes toda una vida por delante que recorrer.

fotograma de L'Eclisse,1962
Lo sabes porque, de repente, lo quieres todo. Everything.


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los tulipanes brotan en primavera

Hice esta foto en Abril. Y ya no están.


La siguiente vez que fui por allí ya solo quedaba el tallo, como recuerdo de lo que fue. Y al final, eso es lo que queda, el recuerdo. Me alegro de haber llegado a tiempo para ver las flores, para fotografiarlas.
El año pasado, ni siquiera se dignaron a salir. Doce meses después se han levantado orgullosos para pavonearse de sus colores.

Es como un amor de verano que ocurre en primavera. Un amor intenso y efímero que, quizá, cuando vuelva a brotar saldrá más fuerte o quizá, se perderá entre la tierra.

*  Foto de Alicia V.

Feliz día de primavera
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cuando no nos salen las cuentas. por @letit_bit

Hoy tenemos una invitada. Para mi es una invitada especial; para vosotros llegará a serlo también.
Aunque nos conocimos por no estudiar demasiado la asignatura de lengua en el colegio, lo que en realidad a ella nunca se le dio bien fueron las matemáticas.  Está claro: @letit_bit siempre ha sido de letras.


Nunca se me han dado bien las matemáticas. Aprendí a sumar con lacasitos, por eso de llevar las cuentas a la realidad, a lo factible; pero me los acababa comiendo antes de terminar la operación. Y es que las matemáticas no tienen cabida cuando las emociones son el principal exponente. 
vía Pinterest
Uno mas uno no siempre hacen un par, a veces es un trío o incluso un baile entre cuatro cifras distintas. Positivo mas negativo no siempre resta, y si sólo aporta un elemento de la ecuación el resultado se cae. Ponerte un paréntesis no te asegura el aislamiento ni olvidar a la cifra que tenias al lado, al igual que cuando obtienes un símbolo de multiplicación, al día siguiente puede convertirse en la división más cruel. 
Varias restas seguidas pueden conseguir fortalecer tu número, pero sumas sucesivas no te aseguran un número de dos cifras. Y cuando crees que has encontrado la ecuación perfecta con un denominador común, te das cuenta que no has despejado bien la “x”.

1899. Imagen vía Pinterest.
Que al divisor y al dividendo no siempre les determina un cociente justo. Que una fracción puede tener la misma importancia que un número entero. Que busco un número pi al que recurrir cuando no se como obtener un resultado. Que tiendo a resolver una integral en vez de quedarme con una cómoda suma.

imagen vía Pinterest


Que tengo un problema para poner las comas y para cortar por la tangente.

Que no hay fórmula exacta. Qué el infinito no existe. Y que no me salen cuentas.



*Texto por Leticia Sanz Raso
     Imágenes vía Pinterest.

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de película

Rodeada de tanto cine esta semana no he podido evitar pensar que lo nuestro fue un poco de película. También de espiga de oro, a pesar de mi aversión hacia el grano.
Rock Hudson y Doris Day
Lo que tan bien ensayado tenías, siguiendo, quizá, algunos consejos, a mi me pilló de sorpresa -o no tanto...- , pero bailamos juntos durante algunos invierno en los que cada uno fuimos el sol del otro.
Planeamos lugares lejanos, ideamos hogares cercanos, y con el calor del verano dejamos de brillar. 
 
Quise contar tus pasos, viajar a Nueva York para bailar con Sinatra, nombrar tu puerta con las letras más importantes y señalar cada día de este 2012 que no supimos esperar.
Tu me enseñaste a ir más deprisa y me descubriste nuevos sabores. Me diste una nueva mirada del mundo, más redonda, y bajo el agua, para sumergirnos en esa nueva realidad donde creamos nuestros momentos y nuestros secretos.
 


La felicidad tenía nombre de fin de semana  y nuestra historia se dibujaba entre la estación y un vagón de tren. Encontramos el cielo bajo las copas de los pinos. Caminamos con paso largo por las calles de Madrid.
Bebimos gintonics sobre un banco de madera, vermús en la barra del bar, nos refugiamos de la lluvia bajo una encina y comimos en cientos de mesas mirándonos a los ojos, que echamos de menos en los momentos a solas. Reí, sonreí y puse nombre a mi futuro, perfilé cara a mi ilusión y palabras a mis sueños.


No toda película finaliza como un cuento de hadas, y cuesta darle una oportunidad al desenlace agridulce, ese sin perdices ni copas de champagne; pero con el tiempo se aprende otro guión, un gran papel protagonista en el que poder improvisar.

Y esta es mi gran oportunidad, y tengo un nuevo calendario por marcar, mis lápices esperan delinear mis sueños y yo reciclo mi papel con el cariño de un artesano. Una nueva llave para mi puerta, los pasos más cortos, pero siempre con seguridad, para bailar una canción desconocida;  a pesar de que al escuchar a Marwan cantar "pienso comerme los volantes de tu falda..." me vuelvo a poner el vestido que aquel día me acompañó a probar sushi y pasear contigo por primera vez.
Richard Avedon y Fred Astaire
Por suerte, la vida es una gran película sin final.


¡Feliz jueves!
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* imágenes vía Pinterest

la vuelta al mundo [del amor]

Voy a dar la vuelta al mundo.
En realidad, yo no, mis fotos.


Tenía muchas ganas de participar en este grupo de fotografía capitaneado por Jackie Rueda, y por culpa del "no-internet" casi casi me lo pierdo también este mes.
Me encanta esta iniciativa. Ella (Jackie, podéis ver su web AQUÍ) propone un tema para fotografiar cada mes y los participantes del grupo de Flickr y varios blogs exponen sus fotos el último día del mes.

Esta idea me tiene enamorada, y justo, este mes, el tema de La Vuelta al Mundo es :  
AMOR.

Tengo que reconocer que me ha costado bastante seguir este tema, porque si hay algo difícil el fotografiar un sentimiento. Si, si, ese sentimiento se plasma en hechos, situaciones y objetos fotografiables, pero aún así me ha resultado complicado. 

Además, no quería fotografiar parejas ni me dejaban!, ni los típicos corazones (yo siempre complicándome la vida..!). Por eso, no tengo una gran número en mi selección de fotos.

Hay amores tiernos...


Amor infantil por su peluche.


¡Las abejas aman las flores! Este sí que es un amor para toda la vida...



Y este es mi amor personal. Aunque esta foto no la he sacado yo (pero figuro en ella), sino mi amiga M.G., ni ha sido tomada durante este mes de junio, la tengo especial cariño y quería compartirla con vosotros.

¿Os animáis también a dar la vuelta al mundo?
[más en facebook y twitter]

*fotos de alicia
     Más AQUÍ

like a rolling stone

Yo no saqué esta foto, fue él.
-Te la robaré. Me encanta.- le dije.

foto de GG (escapology)- San José (Almería) 
El aire soplaba fuerte aquella mañana de septiembre en la costa almeriense. Lo que no recuerdo es si al final me decidí a bañarme, o solo dejé que el agua que llegaba a la orilla mojara mis pies.
¡Qué sensación! 
Los dedos poco a poco enterrándose en la arena que arrastra la marea. La piel que se acostumbra al frío líquido que cada vez sube un poco más arriba del tobillo. El sol. 

Me giré para comprobar que el tiempo no se había detenido, a pesar de la quietud que nos rodeaba. Cámara en mano, él continuaba disparando a una vieja barca, que un día llevó hasta esa playa a soñadores tratando de escapar de su crudo destino. Para ellos este agua tenía otro significado.

Y agachado. Y tumbado. Continuaba disparando.
Me acerqué hasta donde estaba.

-¿puedo ver alguna? ¿qué has sacado?-
Distraído en sus imágenes, tardó unos segundos en responder. -no, luego. No he terminado.-

Y tenía razón; aún podía cambiar la perspectiva.

Creo que pudo ser la apariencia de mis pies mojados, rebozados en pequeños cantos desde la planta hasta el empeine, lo que le hizo virar su atención, y se dirigió decidido a la orilla, al mismo lugar en que, pocos minutos antes, yo recibía la calidez del sol en la tez, y la brisa en mi alma.

Y de nuevo, agachado y tumbado, disparaba hacia las olas que rompían en las rocas; a las rocas que aguantaban firmes los embistes; al mar que contenía tanta vida.

Mientras, yo leía sentada en mi toalla. Y cuando pensó que había terminado, se acopló a mi lado en un movimiento brusco, y sonrío satisfecho como un niño, y mostrando su cámara.
-¿qué te parecen?- Y así, echando un vistazo la vi. La simplicidad de una piedra redonda, la suavidad de sus formas y colores. Me encantó.

La señalé risueña -Te la robaré. Me encanta.


Allí me gustaría estar, en la playa...
allí estoy en espíritu.
Quienes la tengáis cerca, pisad la arena por mi.
¡Feliz miércoles!

ESCAPISMO: botella

Así es, escapology ha estado escapando; ¡que también merecía unas vacaciones!

Y de vuelta, os invito a escapar de nuevo a través de un corto en stop-motion... a través de la naturaleza y de esta tierna historia. A mi me tiene emocionada.




¡feliz regreso!

de corazones

Todas las paredes estaban decoradas con enormes corazones de cartulinas rojas y rosas.
sus compañeros lo señalaban y se reían. ¿Pero qué pasa hoy?
Al darse la vuelta vio a pizarra, también adornada con corazones de tiza, en la que se leía: 
imagen desde AQUÍ

DESPEDIDAS

Tamborileaba con los dedos sobre la mesa “¿Cuándo me tocará? Tengo que llegar a tiempo…”
Y un nombre, y otro nombre; pero ninguno era el suyo.
Y de repente la nombraron. Un vuelco al corazón.
Siempre ocurre así, días que pasan con pena más que gloria y de repente, un día en el que no caben las emociones.
No se jugaba gran cosa en ese examen pero no por ello dejaba de ser importante.
Al levantarse se dio cuenta de que no estaba en el mundo, estaba en otro lugar en el que su cuerpo no pesaba pero su interior la asfixiaba por salir, y sin saber cómo llego a la mesa del profesor y cantó un tema, y respondió a duras penas las preguntas sobre impuestos y tributos que nunca más recordará.
Aprobada.
Y desde ese momento sólo recuerda correr, correr… y coger un autobús que olvidó pagar; y pagar una chocolatina que olvidó guardar en el bolso.
Y así, deprisa, con un chocolate casi derretido en el bolso, con tantas imágenes y recuerdos en su mente, e infringiendo, sólo un poquito, la ley llegó.


Èl ya había hecho el macuto el día anterior.
Sus planes y su mente corrían más que el presente. Siempre iba por delante.
Ella se lo había dicho alguna vez y sabía que era verdad, a veces planeamos tanto que olvidamos disfrutar lo que nos rodea, el ahora.
Pero estaba decidido. Unos meses antes quiso irse lejos. Ahora seguía convencido así que no entendía esa especie de sentimiento que le ahogaba y le retenía.
Miró su habitación, cogió su mochila y con un “Ciao!” salió.
No estaba acostumbrado a coger el autobús en esa ciudad, pero era lo más rápido, y el aeropuerto no estaba lejos. Allí sentado, observando a la gente, se acordó de ella. Estaba en un examen. Él debería hacerlos también; pero no; se iba. A lo mejor volvía más adelante. “Ya veremos” pensó. Si no tuviera examen seguro que hubiera venido a despedirme. Quién sabe, igual se presenta; siempre estuvo un poco loca.
Llegó tan rápido que tenía que esperar. Era un aeropuerto pequeño. Facturó y se sentó.
A veces pensar juega malas pasadas, y se desilusionó al no verla allí.
Tristeza, es posible que eso fuera lo que sentía.


Ella tenía miedo de no llegar a tiempo. Entro corriendo, tropezó con turistas alemanes, british y de lugares que jamás habría imaginado.
Le buscó en la zona de facturación, y en la zona de espera. No estaba. Ya se había ido.
Frente a la cola del control se paró a buscar su móvil en el bolso. En su mano aún tenía la chocolatina.
Levantó la mirada y allí estaba.
“¡¡Eeeeeeh!! ¡Tú! ¿Pensabas irte sin despedirte?”
Y él la miró. Con eso ya había valido la pena.
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