Hice esta foto en Abril. Y ya no están.
La siguiente vez que fui por allí ya solo quedaba el tallo, como recuerdo de lo que fue. Y al final, eso es lo que queda, el recuerdo. Me alegro de haber llegado a tiempo para ver las flores, para fotografiarlas.
El año pasado, ni siquiera se dignaron a salir. Doce meses después se han levantado orgullosos para pavonearse de sus colores.
Es como un amor de verano que ocurre en primavera. Un amor intenso y efímero que, quizá, cuando vuelva a brotar saldrá más fuerte o quizá, se perderá entre la tierra.
* Foto de Alicia V.
Es lo que tienen las cosas bonitas, cuando se pierden duele más...
ResponderEliminarFeliz miércoles
aliceinbo2.blogspot.com
Sí, es lo que tienen las cosas bonitas. Ains Aliii qué bien escribes y qué bien me vino conocerte.
ResponderEliminarEn verano tienes que venir a pasar unos días aquí con nosotros. Un besazo enorme!!!
Mi padre siempre regala libros por cumpleaños, santos, Reyes y nunca les faltan la dedicatoria. Esta fue la que me puso en una ocasión: "Y los hombres inventaron la memoria para recordar el dulce aroma de las flores aun después de haberse marquitado...". Hoy le va ni que pintado a tu post. Feliz miércoles!!!
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