Follow my blog with Bloglovin escapology: sin móvil y sin suerte

sin móvil y sin suerte

Soy de esas personas que no tienen mucha suerte. En realidad, ni mucha ni poca, ni ninguna.
Y sino, que os lo diga cualquiera que haya jugado alguna vez al parchís conmigo. Casi todas la fichas llegando al centro del tablero, y las mías en casa, esperando que caiga un 5. Hago de todo: sacudo el barrilete, me concentro, lo soplo, y.... ¡un 3 otra vez!


Pero lo que me ha ocurrido esta mañana sí que es tener mala suerte.

La alarma del móvil se ha convertido en mi despertador en los últimos años. Anoche no fue distinto y puse la hora a la que debía de sonar, e incluso pensé en programar mi viejo despertador (de los de verdad), que consigue que me levante aunque esté en el  más lejano y dulce de los sueños. Pero, TICTACTICTAC, hace mucho ruido y cambié de opinión, porque necesitaba dormir bien, hoy hacía mi último examen.

un despertador de los de toda la vida
Esta mañana me he incorporado de la cama de un susto: ni el smartphone ni ninguna otra cosa se han dignado a darme un toquecito para animarme a unirme al mundo. Ha sido el susto de seguir dormida en una hora a la que, intuía, no debía seguir haciéndolo.

Así que desde primera hora ya han empezado las prisas: que si la ducha, que si vístete, desayuna repasa y lávate los dientes (todo a la vez), y cuidado no te caigas mientras vas corriendo camino de la facultad.

Y es que tenía que haberme quedado en casa, tenía que haberme quedado durmiendo. Dicen que hay días que es mejor no levantarse.
Justo eso ha debido de pensar mi blackberry, que se ha quedado sobre el edredón de mi cama tan a gusto!

Espero que no haya sido su último suspiro, que no esté muerta, sino descansando.
¡Qué rabia!
¡Ahora!
Ahora que tenía tantos planes, tantas llamadas que hacer y miles de mensajes por escribir. ¡Incluso estaba aprendiendo a usar twitter!

De momento me conformaré con mi pequeño portátil;
quizá encuentre un móvil viejo de esos que ahora llaman vintage.




              


Supongo que me las apañaré. Si ya lo decía yo hace pocos meses, somos esclavos de la 
tecnología. Esto puede servirme para desintoxicarme un poco...

... en lo que llega un  juguetito nuevo.


¡FELIZ DÍA!


* y ahora hablando en serio:
¿Qué fue de los móviles que resistían todo?
Yo tuve un alcatel que se cayóen una lata con aceite de sardinas
y, aparte de oler a sardinas, funcionaba perfectamente.
Me niego a comprar un móvil.

2 comentarios:

  1. Venga mujer! No es para tanto...a mí en mi piso empiezan a llamarme la mujer2.0, pero no es para tanto...jajajaj

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    Respuestas
    1. jeje Patri 2.0, te informo que no soy ni la versión 1.0 de mi misma... 2 días después y sigo incomunicada cuando salgo de casa!!! jajaja

      Eliminar

Gracias por tus palabras!

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