Esta canción es de esos clásicos que son más modernos que el snake print las mismísimas tormentas solares (que se predicen como tendencia para 2012).
Tengo la cabeza llena de sus acordes y las dulces palabras que los acompañan, pero sobre todo el impresionante solo de guitarra que vibra en mi interior. Y no tengo palabras, nada más que añadir, sólo un suave canturreo.
Hace dos noches la escuché, no por primera vez, y desde entonces es distinta, parece la banda sonora de este enero.
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