abril, ¿más aguas mil?

No tengo un plan. Quiero disfrutar esos placeres según vayan apareciendo: que abril me sorprenda. Y no me cabe duda de que lo hará, pero para ello hay que estar preparada.

Por eso, prometo llevar la cámara conmigo a todos los destinos y miraré la vida a través del objetivo.  La cotidianidad plasmada para el recuerdo no sólo en mi retina es mi principal objetivo este mes.

Sharon Stone

Prometo no salir a la calle hasta haber desayunado como una reina. Café o té. Quizá yogur con cereales, tostadas, y siempre piezas de fruta. Algún día me daré un homenaje y comenzaré la jornada con fresas y champagne, con los pies sobre la mesa mientras paso las hojas del periódico. Y si brilla el sol, beberé de una impoluta taza blanca en la terraza. 

Y cada día diferente, y si se terminan las ideas, acudiré a Simply Breakfast. Y sino, también.

Prometo no rendirme ante las inclemencias del tiempo. es muy posible que caigan chuzos de punta sobre mi cabeza, por eso estoy bien equipada para que la lluvia no sea una de las cosas que me sorprendan. Botas de agua, paraguas y gabardina. Quizás un sombrero.

Vivien Leigh y Robert Taylor en Waterloo Bridge 

Prometo caminar y llegar lejos, y si las aguas mil de abril me lo ponen difícil, bucearé en las mejores exposiciones hasta que escampe y salga el arcoiris:

Prometo perderme en el Museo Thyssen (Madrid), donde podremos ver hasta Junio una muestra de 66 obras del hiperrealismo, movimiento surgido en Estados Unidos a Finales de los sesenta. Parecen fotografías cotidianas, pero se trata de una técnica fotopictórica utilizada por artistas como Tom Blackwell o Baeder. Más información, aquí.

Sin moverme de Valladolid, prometo descubrir una faceta de Pablo Picasso que desconocía hasta este momento a través de sus grabados. En la Sala Pasión (C/Pasión) hasta Mayo se exponen, además de los grabados, algunas fotografías personales y las ilustraciones que realizó el artista para libros y carteles.

imagen vía museothysen.org

Prometo tomármelo en serio, por fin, y organizar esas vacaciones de verano y ese viaje de reencuentro que tanto se está haciendo esperar. Puede que no consigamos reunirnos alrededor de una mesa y frente a uno de los increíbles platos de pasta de la Trattoria la Ghiotteria (Vicolo delle Donzelle 9. Pisa-Italia), donde vimos tantas veces llover, pero brindaremos por fin juntos con un vino blanco. Cuatro años es muco tiempo y se puede solucionar con un calendario, un par de llamadas, y listo. 

imagen vía prouditaliancook

Quizá, cuando menos lo espere, vuelva a salir el sol, y cambie el chubasquero por una blazer y el paraguas por la sombrilla de una terraza donde tomar el aperitivo.

¡Bienvenido Abril!

[más en facebook y twitter]