Porque después
de leerle, Sr. Guardián, me di cuenta de que tampoco es que fuera yo muy de
bodas. Los tocados me molestan en la cabeza, los tacones terminan causando
heridas y esos sentimientos, con lágrimas y grititos no terminan de resultarme
cómodos.
Y
no es que yo haya sido, precisamente, de esas niñas que siempre han querido
casarse y que tenían –como
Mónica, de Friends- un álbum de
recortes con su boda ideal. NO.
Todo
lo contrario; no se me ha llegado a ocurrir más que con aquel novio que parecía
tan en serio y con el que todo iba sobre ruedas. Aún así, a la conlusión a la
que llegué fue que “Mónica” era él, y yo sólo quería margaritas y unos zapatos
de MiuMiu (sería la
ocasión perfecta para pedirlos sin parecer caprichosa o superficial).
Y
es que se supone que va más allá de una simple celebración, y se trata de un
acto íntimo que compartes con los más cercanos.
imagen vía Pinterest |
Algunos
lo comparten con las 500 personas más cercanas. O más. Entre ellos, el primo de
Boston que ha venido para esa ocasión especial, la bisabuela que fuma y también
Usted, Sr. Guardián, en el fondo de la sala, sentado en su mesa, gintonic en
mano.
imagen vía |
Así
que para quitarme esa sensación de estar fuera de lugar, pruebo el cóctel de
bienvenida, y el blanco, y el tinto, me termino el sorbete y brindo con el
champán. Remato con unas copas, y si coincidimos en la misma celebración,
probablemente acabemos brindando por ese amor. Ese.
Sr.
Guardián, yo también espero ansiosa a los gintonics.
Pero
el motivo de mi carta no es otro sino advertirle.
He
visto a otros pobres infelices, con su ánimo, pasar por la vicaría antes que
usted, y no me gustaría que por los designios del destino o, quizá, siguiendo
alguna señal, se levara Ud. un buen susto.
Una
buena amiga me ha confesado cuál sería si táctica para cazarle.
Si
señor, ha leído usted bien.
-Yo también me guío por señales- ha dicho -¿No es esto una señal acaso?-
Y
es que va dejando demasiadas pistas.
Piense
que, al menos (¡¡¡al
menos!!!), el 50% de sus lectoras
femeninas que han dejado un comentario -y las que no- , muchas de ellas aplaudiendo su
discurso, y otras tantas retándole al matrimonio en forma de broma, en su fuero
interno se plantean la posibilidad de contraer matrimonio con su persona. Y es
que a las mujeres nos van los retos, y este es un RETO, con m a y ú s cu l a s.
Ya
sabe que la mayoría de las bromas contienen una gran parte de verdad.
Esto,
Míster, es realmente peligroso, ya que muchas mujeres tienen toda la info, y Ud. sólo percibe información
sesgada. La que las mujeres queremos que perciba. Información cuidadosamente
elegida. (Aunque no dudo de que disponga de sus propias fuentes).
Cualquiera
en una librería puede lograr, por casualidad, hacer caer un libro
cuidadosamente a sus pies. “Envejecer juntos”, por ejemplo. Y al levantar su
mirada desde el suelo, allí la verá a ella, sonriendo. Y estará usted perdido,
porque en su propia boda no puede quedarse en el fondo de la sala, en su mesa,
tomándose un gin tonic, mientras otros juegan a hacer como que son un tren al
ritmo de la conga o paquito el chocolatero.
Dicen
los viejos sabios que, si a uno le barren los pies, ya no se va a casar. Entonces, y sólo entonces,
estará a salvo.
Y
sé que ahora sonríe. Pero esto es lo que piensa más de una.
Me
recuerda a esos niños inocentes que afirman con rotundidad, en sus primeros
años de colegio, que nunca fumarán. Y que nunca besarán a una niña porque
puaj! niñas?aquiénlepuedegustareso?.
Y
apenas seis años después (6!), miran lujuriosos
a aquella niña a la que tiraron de las coletas en el patio del colegio
en los tiempos de los columpios, mientras encienden un cigarrillo.
Ya
lo dice mi madre (y muchas madres más): -Estos que tanto hablan y dicen que no,
al final serán los más tontos, los que caerán más profundo-.
Leonardo Di Caprio |
Y
de repente se encontrará, sin saber muy bien porqué, a los pies de un altar,
tarareando “Ave María” de Schubert en su cabeza o, quizá, en su obsesión por que todo salga
perfecto, la misma Ainhoa Arteta la entonará desde el coro (desgraciadamente, la Callas noes posible. Eso sí sería redondo), dejando los pelos de
punta hasta al más agnóstico.
Yo
me he rendido a lo evidente (de verdad, que las bodas no son lo mío; que me
siento más cómoda durmiendo sobre una cama de pinchos) y he elegido margaritas
por si llegua ese desconocido emitiendo todo tipo de señales. Aferrese a Calamaro y sujétese los machos; que no nos engañemos, Ud. es de
aquellos que disfrutan con las celebraciones, y esta es una más. Antes o
después, pasará por el aro. O no. Todo depende de las señales.
* Y como sé que gusta de citar a grandes sabios
le aconsejo que, pase lo que pase, recuerde a Benedetti,
y si finalmente no se casa, no sea por tozudez,
sino por su sana costumbre de aprovechar al máximo esta vida.
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.
pero si, pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas, entonces
no te quedes conmigo. kjjkjhjjkjjkjkbbjjjkjjk
no te quedes conmigo. kjjkjhjjkjjkjkbbjjjkjjk
hahaha sabía que no soy la unica que intenta conseguirlo. tengo competencia haha muy buena respuesta a su post
ResponderEliminarpues ya ves, todo es perseverancia y saber hacer ;)
Eliminarbueno! y señales!
Me he quedado sin palabras, a la noche me vuelvo a pasar por aquí a releer esta maravilla!!!
ResponderEliminaroh claro! cuando quieras, ya sabes que es tu casa :)
Eliminar